Mi pecado.

Allí la joven coincide con un grupo extraordinario de emigrados españoles -entre los que se encontraba Edgar Neville, Luis Buñuel o Jardiel Poncela- quienes contribuyeron con su talento a la historia universal del celuloide. Montenegro cautivó a Leslie Howard, uno de los actores más celebres de la época, pero también un hombre casado que le doblaba la edad. Trece años más tarde, su historia de amor tuvo un desenlace inesperado cuando los antiguos amantes se reencontraron en Madrid y, sin saberlo, influyeron decisivamente en el curso de la segunda guerra mundial.
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